“Padece” de Máximo Corvalán-Pincheira en Galería Artespacio

Máximo Corvalán-Pincheira y Julia Herzberg

A lo largo de su carrera, Máximo Corvalán-Pincheira ha realizado una serie de investigaciones científicas y antropológicas que reflexionan sobre el ser humano, la historia, el territorio y la naturaleza. Anteriormente, el artista se había enfocado en el ADN y su vínculo con los detenidos desaparecidos. “Padece”, su última exhibición en Galería Artespacio, nos conecta con la amenaza de la desaparición de la araucaria, afectada por un microorganismo que la tiene en inminente peligro.

Gracias a Fundación Mar Adentro y el Centro de Bioinformática y Biología Integrativa de la Facultad de Ciencias Biológicas de la UNAB, Máximo llevó a cabo un proceso de investigación del ADN del árbol nativo. “Se sacaron más de cincuenta fotos de placa de petri. En la muestra se encuentran dos tipos de hongos, los simbióticos, que funcionan en armonía con la araucaria, y los que son sospechosos, que curiosamente son bastante bellos y crecen de forma armónica”, explicó. De las catorce fotografías, la mitad lleva textos con fragmentos de su ADN y la otra, frases que cuestionan las acciones del ser humano en el medioambiente. De este modo, los hongos son la proyección de nosotros mismos, responsables de preservar la vida en el planeta.

El interés de incorporar al artista en Artespacio proviene de su capacidad de estrujar y llevar al máximo de profundidad aquello que investiga. “Es así como se le va prendiendo la creatividad y llega a obras con técnicas como estas. Cada proyecto que realice siempre será algo nuevo, creativo, que fluye del fondo y que él mismo descubre. Eso lo hace muy fascinante”, concluyeron Rosita Lira y María Elena Comandari, directoras de la galería.