Hijo de una tecnóloga médica y un fabricante de velas de barco, navegó en familia durante su infancia. En estos viajes alimentó obsesiones que le acompañarían hasta hoy, tales como una fijación con la imposibilidad de las líneas rectas en nuestros recorridos, y la de un profundo amor por el mar.

Actualmente radicado en Francia, nos contó de cómo pasó de ser estudiante de música a estudiante de cine, terminando luego en las artes visuales. Movilizado por la necesidad de aprender mecanismos que lo ayudaran a traducir sus ideas, Ramírez ha sido capaz de producir obras que tensionan sensaciones y conceptos, algo que se hace explícito en la obra principal que vimos en esta sesión, titulada 'Un hombre que camina'. Este film grabado en el Salar de Uyuni, muestra a un hombre recorriendo el paisaje, que en su peregrinar, lleva consigo pasajeros (restos de ellos o sus ropas) en un ritual poético que culmina en las metáforas que produce este lugar que une el cielo con el mar.

Sus obras son verdaderamente poesías visuales que integran imágenes, sonidos y escritura en varios formatos. Como un caminante más, Ramírez se mueve entre lo real y las ficciones, cuestionando lo funcional y lo banal bajo un ojo capaz de emocionarnos y hacernos frente a nuestras propias concepciones de los viajes, las transiciones y dónde se ha de llegar.