«Intento alcanzar el interior de cada artista y provocarles una catársis, refinando sus pensamientos. En exposiciones colectivas, tal como en orquestras, sintonizar las distintas voces y multiplicar sus posibles sentidos. «
Thiago Verardi
Descríbenos tu práctica curatorial y como te iniciaste en la curatoría.
Cuando estudiaba derecho, frecuentaba cursos libres de historia y filosofía del arte, por placer. Me gradué y empecé a actuar como Art Dealer en la galería Amparo 60 (Recife – Brasil) y seguí participando de grupos de estudios en crítica de arte. Orgánicamente me fui transformando en curador pero la idea de estudiar formalmente ocurrió durante el curso “Art as a global business” acerca de las dinámicas del mercado de arte en el Instituto Sotheby´s. Ahí percibí que mi esencia estaba más en lo conceptual que en lo comercial.
Me defino como un nómada que ha vivido entre distintas ciudades en Brasil, incluso en la floresta amazónica, además de Nueva Zelanda, España, Francia y Perú. Finalmente me mudé a Portugal para cursar el posgrado “Curatorial Studies” en la Universidad Nova de Lisboa, lugar en el que trabajé en diversas exposiciones y proyectos.
En 2019 decidí instalarme temporariamente en Santiago pues mi familia está instalada acá y enfocarme en mi vocación como terapeuta sistémico y la práctica de chamanismo transcultural. El entrecruce curador/terapeuta siempre me ha parecido evidente, axiomático. Finalmente, el arte tiene un carácter educativo, social, político y muy especialmente espiritual. Todo fluyó mejor de lo esperado y tomé este país como mi residencia oficial!
Fue en una celestial sesión Antenna con Cecilia Vicuña, que conocí al artista Martín Eluchans, con quien realicé mi primera exposición en Chile: “Dulce Patria, feliz copia del Edén” (Marzo de 2020 – Aninat Galería).
¿Cómo defines el rol del curador y cuáles son sus desafíos?
Intento alcanzar el interior de cada artista y provocarles una catársis, refinando sus pensamientos. En exposiciones colectivas, tal como en orquestas, sintonizar las distintas voces y multiplicar sus posibles sentidos. Me gusta la definición de Hans Ulrich Olbrist en el libro Ways of Curating: “La curaduría es un espacio para la innovación”.
El acompañamiento crítico que hago es de 360 grados: la construcción del discurso, el concepto y soportes de cada obra, los posibles diálogos entre ellas, presentación de nuevos referentes, difusión de las exposiciones, financiamiento de proyectos, entre otros. Busco lograr una mayor coherencia para amplificar el mensaje de cada artista y consecuentemente su relevancia en la historia del arte.
El desafío es ejecutar acciones que potencien al máximo la producción de cada artista de acuerdo con sus ritmos pero sin perder la espontaneidad.
¿Qué has aprendido de los artistas con que has trabajado?
Aprendo constantemente a mirar desde sus perspectivas y compartir sus inquietudes. La comunión que tengo con ellos es una antropofagia energética, no es posible establecer donde empieza o termina la enseñanza que vivimos juntos pues nos influenciamos íntimamente en búsqueda de sanación mutua.
Describir este fenómeno inefable es como el ejercicio de descifrar los sueños cada mañana.
¿Cuáles exposiciones te han influenciado y por qué?
La exposición DYNAMO realizada en el Gran Palais (Paris-FR) entre Abril y Julio de 2013 que se presentó en los 4 mil metros del palacio con artistas como: Carsten Höller, Conrad Shawcross, Felice Varini, Jesús Rafael Soto, Julio LeParc, Lygia Clark, Marina Apollonio, Yayoi Kusama, Zilvinas Kempinas y muchos más.
La experiencia sensorial fue tan fuerte que visité la exposición muchas veces durante mi temporada en Paris. Me provocó síndrome de Stendhal y meses después, concebí inspirado en esta estética, el diseño de mi logo en una pintura que luego pasó a imprimirse en mi cuerpo como tatuaje.
En 2018 me fascinó el contenido crítico presente en la RIBOCA (Bienal de Riga – Latvia) donde tuve la oportunidad de descubrir miradas de artistas que están fuera del circuito de ferias y bienales mainstream, donde el lobby puede ser más fuerte que el arte per se.
En Chile, las exposiciones que más me emocionaran fueron “Contacto: explorador de ruido cósmico de fondo” de François Bucher curada por Carolina Castro Jorquera. Tiene un discurso profundo y emocionante, relacionado a los registros akáshicos, jugando entre realidad y ficción. También la instalación “Desplome” de Sebastián Mahaluf, por ser tan íntima y monumental a la vez. Ambas en Galería Patricia Ready.
En el MAVI, las exposiciones más avanzadas que vi fueron “Beautiful Ruins” de Nicolás Franco, que trabaja de manera única la memoria y “Construcciones Imposibles” de María Edwards que siempre me fascinó con sus irradiantes fuerzas invisibles.
¿Cuáles son tus referentes artísticos más influyentes y por qué?
Muchas mentes en distintos campos de actuación, citaré solamente personas vivas:
Las performances y tapices de la nigeriana Otobong Nkanga, que explora los cambios sociales, y las nociones de no pertenencimiento en la tierra, en un contexto pos colonialista. Alicia Kwade por sus esculturas y instalaciones que cuestionan el tiempo, espacio y gravedad.
Anish Kapoor por la mirada chamánica en su trabajo y su estética deslumbrante.
El duo lituano Pakui Hardware compuesto por los artistas Neringa Cerniauskaite y Ugnius Gelguda , que exploran la tecnología tanto como vehículo como obstáculo, y su relación con la economía permeando el cuerpo humano.
Las películas del gran brujo chileno Alejandro Jodorowsky.
El curador Adriano Pedrosa que lideró la recién reinvención del MASP (Museo de Arte de São Paulo) reconociendo las narrativas y personajes marginalizados en la história del arte: pueblos originários, mujeres, negros y LGBT.
Tania Rivera y su inagotable libro “O avesso do imaginário” que relaciona psicoanálisis y arte contemporáneo. Los ensayos de Byung-Chul Han, el filósofo de nuestro tiempo.
Los artistas brasileños Adriano Costa por las situaciones irreverentes que crea a partir de objetos banais del cotidiano y Cildo Meireles por abordar cuestiones metafísicas, políticas y económicas.
Los artistas portugueses Salomé Lamas y Pedro Barateiro por sus pesquisas profundas que resultan en videos y espectáculos sublimes.
¿Cuáles son tus próximos proyectos y/o lo que sueñas por desarrollar?
Recién inauguré la exposición “VIAJE HACIA LA LUZ” en Galería Aninat, que tiene como punto de partida la poesía de Charles Baudelaire “Invitación al viaje”, tejiendo relaciones acerca de la geografía, el deseo que mueve nuestros cuerpos en el espacio, el lenguaje y la sutil metafísica involucrada en esta búsqueda existencial por la luz, en el sentido literal y metafórico de curación.
La muestra propone un diálogo intergeneracional y reúne a 27 artistas como: Carlos Motta, Christo y Jeanne-Claude, Fernando Prats, Iván Navarro, Luiz Roque, Marilá Dardot, Mónica Bengoa, Mateo Maté, Patricia Belli y Pedro Tyler; involucrando una colaboración con las galerías Mendes Wood DM, Vermelho y Filomena Soares.
La muestra propone distintos eventos como la acción poética EKL por Ki niet A IK’tein, que cuestiona nuestra huella ecológica (estoy muy entusiasmado haciendo el acompañamiento crítico de este promisor artista!), la performance “Transmisión de rollos telepáticos” desde Lima, por el peruano Fernando Gutiérrez Huanchaco, la acción sonora “El oscurecimiento de la luz” de Fernanda López en colaboración con N3T0 y happenings nocturnos con video mapping por el Colectivo Última Esperanza, desde Patagonia.
El proyecto “Gabinete Filantrópico” también es parte de la exposición y consiste en un espacio colaborativo pensado como obra única, inspirado por los gabinetes de curiosidades, que será subastado y el valor dividido igualmente entre los 13 artistas participantes.
VIAJE HACIA LA LUZ culminará en un documental dirigido por el cineasta Raimundo Arrau.
En Lisboa, en los salones de la Casa Pau-Brasil (Palácio Castillo), también inauguré recientemente la exposición
“O que sublima da terra fértil?” de Carolina Mascarenhas, presentando sus esculturas e instalaciones que aluden al sagrado femenino, hechas con técnicas ancestrales. El acompañamiento crítico online que hago con Carolina, que es especialista en animación tradicional, nos posibilitará también hacer un proyecto de video en Rio de Janeiro.
Me interesa profundamente el arte inmaterial y sobretodo hacerlo más democrático, llevar el arte afuera de las galerías y museos, conquistar nuevos públicos! Así que ando planeando con Sebastián Mahaluf una serie de intervenciones urbanas.
También haré experiencias que involucran performances y espiritualidad, sobretodo rituales como el temazcal, además de residencias artísticas en la Ruka Manke Kalkin (Pirque – Chile) en colaboración con el hombre medicina Adán de los Andes. El primer artista confirmado es el bailarín y escultor Thiago Sancho.
A largo plazo, sueño con crear un centro para el desarrollo artístico y espiritual, una comunidad auto sostenible en la naturaleza, un refugio hedonista! Vamos a construir una utopia?