¿Mondrian? ¿Liszt? ¿Botero? Más allá de un recreo estético y una actividad para entendidos, el arte es un ingrediente que nuestra mente necesita para estar y ser mucho mejor. ¿Por qué es tan importante y beneficioso? Aquí las razones detrás de los estudios.
Hay muchas preconcepciones respecto al arte. Algunos, creen que sólo unos pocos pueden crear o apreciar obras artísticas, y no es así, pues nuestro cerebro parece diseñado para disfrutar el arte. Otros, piensan que el arte es algo superfluo y que no sirve para nada. Eso en absoluto es así, pues tiene beneficios no sólo inmateriales, como el aspecto estético o expresivo, sino que beneficios muy palpables, pues tiene efectos neurológicos positivos para nuestro cerebro.
Exploremos, entonces, qué le entrega realmente el arte al cerebro, y si es tan “inútil” después de todo.
Estamos hechos para apreciar el arte
Según este estudio de la Universidad de Toronto, en apariencia, la apreciación del arte es un proceso biológico natural, para el que nuestro cerebro estaría diseñado. El estudio en cuestión, consistió en una revisión de diversas investigaciones relacionadas con el análisis de la actividad cerebral relacionada con el arte.
Los investigadores, encontraron que al observar pinturas y formarse una opinión sobre ellas , se activan numerosas partes del cerebro, como por ejemplo áreas relacionadas con el reconocimiento de objetos y escenas (obviamente), así como áreas relacionadas con las experiencias emocionales, el aprendizaje y la regulación de los movimientos.
Ahora bien, al estudiar con atención la manera en que se activan esas partes del cerebro, los investigadores encontraron que ocurría de una manera similar, predeterminada. Los científicos dicen en su estudio, que se trata de una “activación en un sistema distribuido”, lo que induce a pensar que se trata de un diseño predeterminado en la estructura de nuestro cerebro.
El arte mejora el funcionamiento del cerebro
Cada expresión artística activa partes distintas del cerebro, por lo que es una excelente forma de estimular nuestro intelecto y creatividad. Otra investigación, nos muestra que además se potencian las capacidades de resolución de problemas en los niños, y también la memoria y la capacidad de aprendizaje.
No solo eso, sino que cada expresión artística tiene cualidades que potencian aspectos de nuestro desempeño en otras áreas. ¿Cómo es eso? Los niños sometidos a educación musical, tienen mejor desempeño en matemáticas, lenguaje y comprensión lectora.
Asimismo, aunque parezca increíble, influye en una mejor postura corporal, y en mejores respuestas motoras, pues se incrementa la conectividad entre las áreas sensorial y motora del cerebro, mejorando también su flujo sanguíneo. Estos beneficios, además, permanecen durante toda la vida de la persona.
Por otra parte, las artes visuales, también poseen grandes beneficios: mejoran la plasticidad cerebral, el coeficiente intelectual, y la capacidad de atención. Asimismo, reducen la impulsividad y mejoran el comportamiento en los niños.
Incluso el practicar teatro tiene múltiples consecuencias positivas: mejora el vocabulario, el autocontrol, la autoestima, ayuda en la memoria kinésica, permite convertir conceptos abstractos en concretos, fomenta la tolerancia, y además mejora el aprendizaje en el área de la literatura. Entre otros muchos, muchos beneficios.
Y no sólo en el aspecto netamente académico. El arte mejora nuestras cualidades humanas. Por ejemplo, un estudio realizado en 10.000 estudiantes, indica que la apreciación del arte y las visitas a museos, incrementan la tolerancia, y otras investigaciones, señalan que el mero hecho de estar expuestos a una obra artística, libera las mismas sustancias en el cerebro, que cuando nos enamoramos.
El arte es terapéutico
Pintar, dibujar, tomar fotografías (¡hacer mandalas!), son una forma efectiva para disminuir los niveles de estrés, y tener más claridad mental, señala este estudio. De hecho, existe la llamada arte terapia también, la drama terapia entre otras aplicaciones, que han servido, por ejemplo, para disminuir los terribles efectos del estrés post-traumático, en veteranos de guerra.
Además los efectos de mejora en las habilidades cognitivas y en la memoria, son visibles incluso en personas con serias enfermedades neurodegenerativas.
Por ejemplo, en el caso de los pacientes con alzheimer y con demencia senil (enfermedad que implica pérdida de memoria progresiva, ansiedad, depresión, agresividad, insomnio y otros síntomas), el tratamiento con medicamentos lo que hace en general, es básicamente volver menos visibles los síntomas, pero no los elimina ni mucho menos detiene su avance. En cambio, al hacer que practiquen arte, se produce una mejora en su comportamientos social, en su autoestima, y además, disminuyen los síntomas de orden psiquiátrico, según indica este estudio.
¿Quieren más? Más de 100 estudios demuestran que el arte tiene efectos positivos en la salud física y psicológica de los enfermos crónicos. Reduce los efectos del estrés al disminuir la cantidad de la hormona cortisol en la sangre, disminuye tanto la sensación de dolor físico, como los efectos fisiológicos de la ansiedad.
Aumenta la autoestima y un sentido positivo de identidad, o sea, se definen a sí mismos en términos positivos y no negativos, en especial, dejan de definirse en términos de su enfermedad, y comienzan a definirse en función de lo que sienten o son; y también aumenta la sensación de control de los acontecimientos, esencial para los pacientes crónicos, quienes sienten que su vida escapa poco a poco de control.
Y lo que es más interesante: aumenta la velocidad de recuperación en enfermedades crónicas o catastróficas.
Todos podemos hacer arte
Como mencionábamos al comienzo, el cerebro humano parece estar diseñado para la apreciación del arte. Asimismo, somos por naturaleza seres creativos, y esta cualidad puede ser estimulada a través de las actividades artísticas. Y cualquiera las puede practicar, sólo requiere un poco de buena disposición. Y la verdad, es que no tenemos excusa, ¡porque hay muchos recursos en internet, donde encontrar actividades!
Por ejemplo, acá hay cientos de actividades para niños. Se puede aprender a hacer de todo, desde un atrapasueños, hasta collages y cosas mucho más elaboradas, como el kirigami. Es posible también realizar arte más efímero, con arena, tiza, e incluso agua. Lo importante, más que una “obra maestra”, es el proceso de creación (que de pasada, incrementa la resiliencia y la resistencia al estrés, según este estudio).
El arte puede sonar como algo muy ajeno o muy “hippie” para algunas personas, pero mejora efectivamente nuestra calidad de vida. No es necesario tener una enfermedad mental, para acudir a la terapia artística o arteterapia, pues con ella se alivian situaciones como el estrés, problemas de aprendizaje, enfermedades crónicas, dificultades de adaptación en la escuela, etc.
Eso sí, debemos asegurarnos que quienes ofrezcan estos servicios, sean profesionales especialistas, ya sea psicólogos, o bien, personas con estudios de postgrado en el área (que sí existen, y muchos)
No es necesario ser un Miguel Ángel, o un virtuoso de la música. El mero hecho de practicar una actividad artística o creativa, ya tiene beneficios no sólo para nosotros, sino para todos quienes nos rodean. Incluso, puede no ser una actividad aparentemente “artística”, sino un hobby, como la jardinería, o tejer, o la carpintería. Lo importante, es darnos el espacio para expandir nuestra imaginación, pues así, alimentamos no sólo nuestro cerebro, sino también a nuestra alma.