Revisa la nota que publicaron en La Tercera (19/08/2019)
Nacieron como un puente con el mundo del arte, pero hoy son más que eso. Los miembros de esta comunidad, que en 4 años crecieron de 40 a 300 socios, están haciendo contribuciones concretas a proyectos artísticos, como el aporte de $100 millones a la exhibición de Voluspa Jarpa en la Bienal de Venecia. Además, abren una línea editorial: preparan un libro monográfico sobre Smiljan Radic.
En mayo pasado, el pabellón chileno de la Bienal de Venecia recibió por primera vez nuevos socios. No sólo estaban ahí la comitiva habitual de curadores y representantes del Estado sino que otros 20 chilenos viajaron especialmente para apoyar la representación de la artista Voluspa Jarpa. No se trató sólo de apoyo moral: de forma inédita el grupo donó $100 millones para terminar de levantar la muestra Alterated Views, de la representante chilena, a través de la fundación privada y sin fines de lucro Antenna. A cambio, los socios participaron en eventos VIP y recibirán una obra original de la artista.
Creada en 2015 con el objetivo de generar una comunidad de amigos del arte, Antenna cumple este 22 de agosto 4 años y suma nuevos desafíos, para expandir su visión colaborativa del arte. Partieron con 40 socios y ahora son 300, quienes participan activamente de las llamadas “sesiones Antenna”, donde visitan exposiciones con la guía de los propios artistas, colaboran con donaciones para financiar proyectos artísticos y realizan viajes a bienales y ferias de arte internacionales.
SOCIOS Y DIRECTORES DE ANTENNA POSANDO EN MAYO DE ESTE AÑO, EN LA ENTRADA DE LA BIENAL DE VENECIA, EN EL HISTÓRICO GIARDINI.
En su origen, la idea era conectar a los artistas con un público más comprometido, y hoy se han convertido en una nueva forma de mecenazgo en Chile. “Me hizo ver que hay una sociedad chilena interesada en el desarrollo del arte y eso es súper importante para un artista, porque no estamos solos.
En Venecia organizaron una comida para mí y Agustín Pérez Rubio (curador) con 90 chilenos, lo que fue muy impresionante”, dice Voluspa Jarpa.
“Creo que lo principal es que han sabido articular a grupos de personas aquí y afuera”, agrega la artista, quien ya había recibido el apoyo de Antenna en 2016, cuando ocho socios financiaron parte de su muestra individual en el Malba de Argentina.
En el corazón de Antenna están Constanza Güell, Alfonso Díaz y Elisa Ibáñez, quienes tienen experiencias en instituciones culturales locales y en gestión empresarial; ese cruce ha sido clave.
A diferencia de los museos chilenos que no han logrado mantener en el tiempo sus “corporaciones de amigos”, Antenna encontró una fórmula.
“Somos un híbrido que busca la excelencia en gestión cultural, una ONG sin fines de lucro, pero con impronta empresarial. Desde el día uno somos autosustentables, nunca hemos operado con fondos del Estado o con un mecenas detrás. Lo que se hizo fue empoderar a las personas; el 70 % de los recursos de Antenna proviene de ellas”, dice Güell.
LAS SESIONES ANTENNA TAMBIÉN SE PRODUCEN EN CASAS DE COLECCIONISTAS, ATRÁS LA CONOCIDA SERIE DE BOXEADORES DE PAZ ERRÁZURIZ.
Involucrarse más
En Antenna existen tres tipos de membresías anuales: de $150 mil, que incluye una agenda de recomendados, visitas guiadas y eventos de arte; $480 mil, que suma sesiones Antenna (recorridos y asistencia a talleres de artistas y colecciones privadas) y otros eventos VIP, y la de $1.500.000 que incorpora viajes a ferias y eventos internacionales además de la oportunidad de apoyar proyectos artísticos como los de Jarpa.
Los directores de la fundación aseguran que no buscan incentivar sólo el coleccionismo, sino más bien la filantropía, pero sus actividades inevitablemente han sumado compradores de arte.
“Es más bien un efecto colateral. Hemos visto cómo el fenómeno de la filantropía atrae a nuevos interesados en adquirir obras. En nuestras sesiones con artista se producen en promedio dos ventas de obras, o sea que en nuestros 220 sesiones se han vendido más de 400 obras, lo que no deja de ser un aporte”, anota Díaz.
En este último año, la fundación ha estrechado vínculos con empresas privadas en torno a proyectos artísticos. Entre ellos está Grupo Patio, VTG, LG y Bank of America Merryll Lynch, a quienes comisionaron para apoyar la obra de Nicole L’Huillier en la Bienal de Artes Mediales que abre en septiembre. Otra interesada en el apoyo al arte público es la inmobiliaria Indesa, que inauguró un condominio en Chicureo donde se incorporó una obra de la escultora Marcela Correa y paisajismo de Juan Grimm. El segundo proyecto se inaugura en 2020 en Av. Presidente Riesco: una obra conjunta de Benjamín Ossa y Javier Toro-Blum.
OBRA DE LA ESCULTORA MARCELA CORREA PARA EL PROYECTO VIÑAS DE CHICUREO DE LA INMOBILIARIA INDESA.
“Los artistas están súper abiertos a trabajar con empresas porque se les asegura libertad editorial y tienen la posibilidad de trabajar con escalas y recursos que de otra forma no tendrían”, dice Díaz. “La empresa por su parte se involucra más, no es algo solo de marketing o de poner el logo, se trata de hacer un verdadero aporte que impacte a la sociedad”, añade Ibáñez.
Antenna además trabaja con proyectos editoriales: un libro sobre la obra de Jarpa en Venecia y una monografía del arquitecto Smiljan Radic que se lanza en octubre por editorial Puro Chile y que tuvo el apoyo económico de 10 donantes entre empresas y socios de Antenna.
Crédito imagen principal: Matías Troncoso