Rosario Ibáñez, ingeniera civil industrial, con especialidad en marketing y negocios sostenibles, forma parte de Antenna desde su fundación, hace 6 años. Para Rosario ha sido un orgullo ver de cerca el crecimiento de la organización durante todos estos años.
«Para mi ha sido un proceso muy lindo ver su desarrollo, cómo pasó de ser una idea bastante vanguardista, hasta convertirse en lo que es ahora, una organización muy profesional, que cada día se expande hacia nuevos campos de acción», señala.
Antenna le ha entregado grandes posibilidades a esta joven ingeniera, que van más allá de aprender, le ha dado las herramientas para desarrollarse como persona, además ha creado lazos de amistad, y por supuesto, ha vivido muy buenas experiencias.
En conversación con Antenna, Rosario nos comparte cómo fue el proceso de incorporación a la comunidad; sus motivaciones y las lecciones que le ha dejado el arte.
¿Cómo ha sido tu experiencia en Antenna?
Ha sido muy enriquecedora, en todo sentido. Cada sesión es una experiencia por sí misma. Además de aprender y conocer más de la escena nacional contemporánea, hemos formado un grupo humano con diversos intereses, en los que incluyo a directores, colaboradores y socios, con quienes he tenido la posibilidad de crear lazos de amistad y, sobre todo, compartir momentos maravillosos.
¿Qué te motivó a formar parte de la Fundación?
Me hizo mucho sentido el espíritu del proyecto, respecto a la necesidad que había de acercar a personas, con cierto interés e inquietud en el arte, con los artistas y con los protagonistas de la escena en Chile. Acortar esas brechas y hacerlo más accesible creo que es fundamental para educar y fomentar la cultura. Personalmente me interesó aprender y a su vez poder colaborar con un proyecto que tenía muy claro que sería un aporte para la sociedad.
¿Qué has aprendido en Antenna?
Antenna me ha permitido ampliar la mirada y los horizontes respecto al arte y sus múltiples disciplinas. Conocer un poco más de ellas ha sido muy interesante. También me ha mostrado una escena cultural nacional, que sin duda nunca hubiese tenido acceso. Existen muchos artistas muy talentosos que Antenna nos ha introducido, así como también lugares y rincones de la ciudad increíbles.
¿ Cuáles han sido tus sesiones favoritas?
Al pensarlo se me vienen varias a la cabeza. Destaco la sesión de aniversario con Alfredo Jaar, en el palacio Schacht. También la sesión n°100 en el Museo Violeta Parra, preciosa experiencia para conocer más de su legado. Las visitas al taller de la ex fábrica Caffarena, siempre muy entretenidas. También recuerdo la muestra documentales, en particular la obra de Gordon Matta-Clark en Sala K.
Dime 3 lecciones que te ha dejado el arte.
El arte me ha permitido conocer y entender otros puntos de vista; ser más tolerante y empática, con las personas y el entorno. Creo que el arte nos abre siempre a mundos distintos a los que existen en nuestras mentes y en nuestra realidad, y eso es muy enriquecedor para poder abstraerse cada cierto tiempo del día a día. Por último, el arte permite acercar a personas diversas, potenciar colaboraciones y crear vínculos honestos y nobles que se quedan toda la vida.