“La economía creativa es la principal forma para crear nuevos productos y agregar valor a los existentes”
Elisa Ibáñez, codirectora de Fundación Antenna, habla sobre la economía creativa y el potencial de las empresas C en la actualidad.
El 2017 el “Plan Nacional de Fomento a la Economía Creativa” auguró que el 2022 sería el año en que esta área se convertiría en “parte importante del sector económico del país”. A tres años de esta proyección y en medio de una pandemia, esta idea parece sostenerse cada vez con más fuerza.
El surgimiento y desarrollo exponencial de la economía naranja y las Empresas C, apuntan a fortalecer precisamente estas nuevas formas de concebir nuestra sociedad. Este tipo de industria, actúan como catalizador en las reacciones que el mundo está generando, propiciando el crecimiento, sanación y reparación del campo.
La economía naranja y las empresas C también potencian la creatividad, la cohesión social y el sentido de pertenencia de las personas, a través de contenidos, experiencias y actividades, que vinculan, espacios, intereses y grupos sociales en un mismo lugar.
Las industrias creativas son un aporte a la economía del país
El informe realizado el 2014, por el Consejo de la Cultura y las Artes, titulado: “Mapeo de las Industrias Creativas en Chile” demostró el potencial del sector: los ingresos logrados por esta industria, hace siete años, eran de $693.029 mensuales, evidenciando que los salarios generados por la cultural ya eran superiores al promedio nacional del país.
En 2015 la Unión Europea explicó que “la industria creativa ofrece oportunidades de crecimiento más inclusivas y sustentables”. Hoy el sector se ha convertido en el nuevo motor de la economía. Según la UNCTAD (United Nations Conference on Trade and Development), entre 2002 y 2015, la contribución de la economía creativa al mercado mundial se duplicó, pasando de US$208 mil millones a US$509 mil millones en ese periodo.
Los ingresos logrados por la industria creativa en 2014 fueron de $693.029 mensuales
En Chile, el informe realizado el 2014, por el Consejo de la Cultura y las Artes, demostró que los ingresos logrados por esta industria fueron de $693.029 mensuales, evidenciando que sus salarios eran superiores al promedio nacional del país.
87% de las personas declara que el arte mejora su calidad de vida
En otro informe de la cartera cultural, demostró que la contribución del sector al PIB se mantuvo estable entre el 2008 y el 2013, justo en momentos en que los vaivenes del cobre afectaban al resto de la economía, lo cual visibilizó su dinamismo, resiliencia, versatilidad y potencial de contribuir a la sofisticación de la matriz productiva y exportadora a través de la innovación inherente en sus procesos, tal como lo dio a conocer el último informe de The Social Impact of the Arts Study, donde el 87% de las personas declaró que el arte mejora su calidad de vida y que la cultura tienen el potencial de mejorar nuestra sociedad.
En tiempos donde muchos sectores económicos se encuentran en un equilibrio precario, podemos rescatar lecciones de una industria que ha sabido crecer en un ambiente permanentemente hostil. Sin embargo, ¿Quiénes son los llamados a poner atención a esto?
Estudios internacionales indican que más del 85% de las personas creen que las empresas tienen un rol fundamental para contribuir en ese cambio y serán las marcas, en búsqueda de nuevas maneras de conectarse con sus audiencias, las encargadas de transmitir valores e ideas relacionadas al arte, la creatividad, la educación y la cultura en general.
Sin ir más lejos. John Howkins, propulsor de esta industria, afirmó que “la economía creativa es la principal forma para crear nuevos productos y agregar valor a los existentes”.
En el mundo, Estados Unidos, China, Francia e Inglaterra son las potencias, mientras que, en nuestra región, Brasil y Colombia, lideran el sector.
Es fundamental que nuestro país ponga foco a la economía creativa, un área que tiene foco en instituciones como la UNESCO, que declaró este como su año, o el BID que la situó como centro y clave para el desarrollo del mundo.